El día 5 de septiembre del 2012 se transmitió por el canal 2 de difusión abierta nacional, el capítulo 444 del programa “La Rosa de Guadalupe” titulado “Tú eres mi única fuerza” en el cual, se hace referencia a que el cáncer de tiroides se asocia a la exposición de radiaciones rutinarias, como la mastografía, cuando está se realiza “sin protección” para el área de la tiroides. El programa concluye que las mujeres desarrollan cáncer de tiroides, por realizarse mastografías sin protección y animando a “luchar” para dar a conocer que la radiación de las mastografías causa cáncer de tiroides.
Esta información carece de evidencia científica; los estudios de revisión afirman que la protección del área tiroidea durante la mastografía es innecesaria y puede incrementar la necesidad de estudios adicionales o tomas repetidas de mastografía. En países con programas de detección con mastografía de larga evolución, no se ha visto diferencia en la incidencia de cáncer de tiroides entre mujeres que se realizan mastografías y hombres. Por lo que, a nivel poblacional, así como en estudios de seguimiento, no se ha corroborado riesgo adicional. En México, entre 2000 y 2010 la mortalidad por cáncer de tiroides se ha mantenido estable en hombres y mujeres, pese al incremento de la cobertura de detección con mastografía en mujeres de 40 años y más. (Figura 1)
Esta situación está perfectamente sustentada, ya que la radiación para la toma de la mastografía se dirige directamente a la glándula mamaria sin afectar la tiroides. Así mismo, la radiación dispersa que se genera en la habitación durante el estudio es mínima y equivale a la exposición de media hora a la radiación ambiental, lo cual no representa un riesgo adicional para la glándula tiroides. Finalmente, la protección cervical para radiación sugerida para proteger el área, además de no tener ningún beneficio durante la toma de mastografía, puede disminuir la efectividad de la prueba para detectar un cáncer. En la figura 2 se muestra una imagen mastográfica tomada con protección cervical y a la derecha una convencional. Como puede apreciarse, la protección cervical oculta un área de la mastografía en la cual pudieran localizarse imágenes sugestivas de cáncer de mama.
Por lo anterior, es importante reafirmar que con base a la evidencia disponible se concluye que la toma de mastografía NO incrementa el riesgo de padecer cáncer de tiroides y por tanto, no es necesario protección del cuello durante la toma de mastografía, ya que no tiene justificación técnica, ni científica. Por ello, se debe continuar la promoción de la mastografía de tamizaje en mujeres de 40 a 69 años de edad acorde a la NOM-041-SSA2-2011.
FUENTE:
- Sechopoulos I, Hendrick RE. Mammography and the risk of thyroid cancer. AJR Am J Roentgenol. 2012 Mar; 198(3):705-7